Entrevista en FM La Boca.
Entrevista a José Luis Carretero del Instituto de Ciencias económicas y de la Autogestión
"Tras el 20D habrá que plantearse cómo reemerger los movimientos populares, pues sin ellos las estructuras reales de poder quedan a mitad de camino"
M.H.: En comunicación con José Luis Carretero desde Madrid. ¿Cuál es tu análisis respecto de las próximas elecciones en tu país el domingo que viene?
J.L.C.: Algo está cambiando y algo va a cambiar después del domingo 20 de diciembre cuando se lleven a cabo las elecciones. Se basa en el fin de una situación de bipartidismo absoluto entre el Partido Socialista (PSOE) y el Partido Popular (PP), con un gobierno con mayoría absoluta del Partido Popular, a un Parlamento mucho más fragmentado, con fuerzas emergentes por parte de la derecha de Ciudadanos y de lo que podríamos llamar la izquierda, aunque ellos eviten esta definición, de Podemos. Lo que marca es un cambio social que se ha producido al hilo del inicio de las movilizaciones del 15 de mayo de 2011 (15M) y que ha arrastrado consigo una transformación en el imaginario político de la sociedad, aunque se ha detenido también en un momento en el que no es lo suficientemente fuerte como para provocar un cambio real en el sentido de las estructuras reales de poder.
M.H.: La gran prensa de Argentina, por ejemplo Clarín, señala un repunte del primer ministro Rajoy que estaría en estos momentos encabezando las encuestas y daría a las otras tres organizaciones, el Partido Socialista, Ciudadanos y Podemos en una suerte de empate en cuanto a que hay pocas diferencias entre ellos.
J.L.C.: En principio la visión es esa, habría que ver también qué ha sucedido después del domingo pasado cuando se cerró el plazo legal para realizar encuestas, posteriormente lo que sucede es el debate televisivo entre Rajoy y el jefe de la oposición, Pedro Sánchez, representante del Partido Socialista, donde la verdad es que Rajoy salió muy mal parado.
M.H.: Qué raro porque es buen polemista.
J.L.C.: Sí, pero en el marco de lo que ha sido la política española durante los últimos treinta años, donde no se podían tocar temas sensibles. No estaba preparado para que le sacaran temas que se salen del consenso o para que se plantearan temas que se planteaban como acordados hace 30 años.
M.H.: ¿Cuáles serían esos temas?
J.L.C.: Lo esencial del ataque de Pedro Sánchez contra Rajoy estuvo centrado en el tema de la corrupción, lo llamó indecente, dijo que no tenía la decencia suficiente para ser Presidente y le fue sacando otros temas como la reforma laboral, que son problemáticos y que enganchan con las movilizaciones sociales que se han producido en los últimos años. No es que Pedro Sánchez realmente represente esas movilizaciones, todo el mundo sabe que no lo hace, pero aprovechó la ocasión para decirle a Rajoy un par de verdades que le hubiera gustado decir a cualquiera de los ciudadanos del país.
M.H.: En Argentina, cuando asumió el nuevo presidente Mauricio Macri, el enviado oficial de España fue el ex rey Juan Carlos. ¿Cuál es el punto de vista del pueblo español respecto de este personaje?
J.L.C.: El rey Juan Carlos acabó muy desacreditado en el último tiempo de su reinado, eso provocó su abdicación al trono. Lo que pasa es que ahora tenemos una España que implica un proceso de limpieza de la monarquía por parte del actual rey Felipe VI, que se asemeja al de la transición española que se hizo en los ´70. Va a haber alguna reforma constitucional, quizás no un proceso constituyente con todas las letras, pero sí alguna reforma aunque sea mínima de la Constitución, va a haber un lavado de cara de la imagen de la monarquía para presentarla ante la sociedad y está habiendo una serie de cambios muy rápidos, tanto hacia la izquierda como hacia la derecha. Se están dando una serie de cambios sociales que implican cosas tan contradictorias como que el tema de los desahucios (desalojos) se haya convertido en algo de lo que hablan los medios a todas horas o que en el otro extremo el estamento militar aparezca cada vez más en el marco de los medios y la opinión pública.
M.E.: ¿Cómo se entrecruzan en este marco electoral, con las propuestas de las diversas variantes, el problema de las nacionalidades, sobre todo de los presos políticos vascos y del movimiento por la independencia catalana?
J.L.C.: Son dos temas curiosos, en primer lugar Ciudadanos ha logrado emerger como fuerza política independiente centrándose sobre todo en el tema de la identidad catalana, ha sido una fuerza expresamente españolista, nace en Cataluña como tal, desde una postura que no es la del PP, pero que es más cercana a los sentimientos de lo que puede ser parte de la clase media e incluso de la clase trabajadora catalana, plantea la necesidad de mantener la unión de España.
Sin embargo, Podemos surge de perspectivas que vienen más de la izquierda, la solución que da al tema nacional implica el reconocimiento de la plurinacionalidad de España y, por lo tanto, implica abrir la posibilidad a los catalanes que han expresado en las últimas elecciones, una voluntad muy fuerte de tener otro tipo de enganche con España o incluso afirmar su independencia. Podemos plantea la posibilidad de que los catalanes tengan acceso a realizar un referéndum en el que se hable de la necesidad o no de permanecer en España. Hay que tener presente que esto sucede en un marco de una declaración de independencia previa, por la que los partidos que tienen la mayoría absoluta en el Parlamento catalán, han afirmado el inicio de un proceso que llevaría a la independencia de Cataluña en unos años.
M.E.: Te consultaba también por la situación de los presos políticos vascos, porque es un tema permanente pendiente y que las políticas tanto del PP como del PSOE han sido muy de derecha al respecto y desde aquí y a la distancia tengo serias dudas en que alguna de estas variantes exprese algún tipo de política radicalmente diferente.
J.L.C.: Exactamente, el problema fundamental con los presos vascos es que en este momento no forma parte de los temas a debatir en el marco de la campaña electoral. Quizás fuerzas nacionalistas específicas, como el movimiento de izquierda vasco plantea algún tipo de solución para estos presos, pero lo cierto es que en la actualidad ninguna de las cuatro fuerzas tanto las del bipartidismo como las emergentes plantean eso como una problemática realmente a resolver.
Creo que lo que está sucediendo es que desde la base de la idea de que se derrotó militarmente a ETA y que el desarme de esa organización es absolutamente irreversible, se está dejando morir un poco el tema. Hay que tener presente que el tema de la liberación de Arnaldo Otegi va a ser en breve y eso probablemente haga de revulsivo y plantee a nivel de actualidad nuevamente qué es lo que está pasando en el País Vasco con el proceso de pacificación, de negociación que se pudo abrir allí y si eso va a alguna parte o se ha dejado en una vía muerta que es lo que realmente ha pasado.
M.H.: ¿Algo más que quieras agregar?
J.L.C.: Simplemente decir que todo esto nace de una serie de transformaciones de la emergencia de una serie de movimientos sociales que en este momento están muy alicaídos. El tema electoral ha succionado la potencia, la fuerza y la energía de los movimientos populares y probablemente después del 20D habrá que plantearse cómo hacerlos reemerger porque sin esa potencia de los movimientos populares el cambio acaba quedando siempre a medias.
J.L.C.: Algo está cambiando y algo va a cambiar después del domingo 20 de diciembre cuando se lleven a cabo las elecciones. Se basa en el fin de una situación de bipartidismo absoluto entre el Partido Socialista (PSOE) y el Partido Popular (PP), con un gobierno con mayoría absoluta del Partido Popular, a un Parlamento mucho más fragmentado, con fuerzas emergentes por parte de la derecha de Ciudadanos y de lo que podríamos llamar la izquierda, aunque ellos eviten esta definición, de Podemos. Lo que marca es un cambio social que se ha producido al hilo del inicio de las movilizaciones del 15 de mayo de 2011 (15M) y que ha arrastrado consigo una transformación en el imaginario político de la sociedad, aunque se ha detenido también en un momento en el que no es lo suficientemente fuerte como para provocar un cambio real en el sentido de las estructuras reales de poder.
M.H.: La gran prensa de Argentina, por ejemplo Clarín, señala un repunte del primer ministro Rajoy que estaría en estos momentos encabezando las encuestas y daría a las otras tres organizaciones, el Partido Socialista, Ciudadanos y Podemos en una suerte de empate en cuanto a que hay pocas diferencias entre ellos.
J.L.C.: En principio la visión es esa, habría que ver también qué ha sucedido después del domingo pasado cuando se cerró el plazo legal para realizar encuestas, posteriormente lo que sucede es el debate televisivo entre Rajoy y el jefe de la oposición, Pedro Sánchez, representante del Partido Socialista, donde la verdad es que Rajoy salió muy mal parado.
M.H.: Qué raro porque es buen polemista.
J.L.C.: Sí, pero en el marco de lo que ha sido la política española durante los últimos treinta años, donde no se podían tocar temas sensibles. No estaba preparado para que le sacaran temas que se salen del consenso o para que se plantearan temas que se planteaban como acordados hace 30 años.
M.H.: ¿Cuáles serían esos temas?
J.L.C.: Lo esencial del ataque de Pedro Sánchez contra Rajoy estuvo centrado en el tema de la corrupción, lo llamó indecente, dijo que no tenía la decencia suficiente para ser Presidente y le fue sacando otros temas como la reforma laboral, que son problemáticos y que enganchan con las movilizaciones sociales que se han producido en los últimos años. No es que Pedro Sánchez realmente represente esas movilizaciones, todo el mundo sabe que no lo hace, pero aprovechó la ocasión para decirle a Rajoy un par de verdades que le hubiera gustado decir a cualquiera de los ciudadanos del país.
M.H.: En Argentina, cuando asumió el nuevo presidente Mauricio Macri, el enviado oficial de España fue el ex rey Juan Carlos. ¿Cuál es el punto de vista del pueblo español respecto de este personaje?
J.L.C.: El rey Juan Carlos acabó muy desacreditado en el último tiempo de su reinado, eso provocó su abdicación al trono. Lo que pasa es que ahora tenemos una España que implica un proceso de limpieza de la monarquía por parte del actual rey Felipe VI, que se asemeja al de la transición española que se hizo en los ´70. Va a haber alguna reforma constitucional, quizás no un proceso constituyente con todas las letras, pero sí alguna reforma aunque sea mínima de la Constitución, va a haber un lavado de cara de la imagen de la monarquía para presentarla ante la sociedad y está habiendo una serie de cambios muy rápidos, tanto hacia la izquierda como hacia la derecha. Se están dando una serie de cambios sociales que implican cosas tan contradictorias como que el tema de los desahucios (desalojos) se haya convertido en algo de lo que hablan los medios a todas horas o que en el otro extremo el estamento militar aparezca cada vez más en el marco de los medios y la opinión pública.
M.E.: ¿Cómo se entrecruzan en este marco electoral, con las propuestas de las diversas variantes, el problema de las nacionalidades, sobre todo de los presos políticos vascos y del movimiento por la independencia catalana?
J.L.C.: Son dos temas curiosos, en primer lugar Ciudadanos ha logrado emerger como fuerza política independiente centrándose sobre todo en el tema de la identidad catalana, ha sido una fuerza expresamente españolista, nace en Cataluña como tal, desde una postura que no es la del PP, pero que es más cercana a los sentimientos de lo que puede ser parte de la clase media e incluso de la clase trabajadora catalana, plantea la necesidad de mantener la unión de España.
Sin embargo, Podemos surge de perspectivas que vienen más de la izquierda, la solución que da al tema nacional implica el reconocimiento de la plurinacionalidad de España y, por lo tanto, implica abrir la posibilidad a los catalanes que han expresado en las últimas elecciones, una voluntad muy fuerte de tener otro tipo de enganche con España o incluso afirmar su independencia. Podemos plantea la posibilidad de que los catalanes tengan acceso a realizar un referéndum en el que se hable de la necesidad o no de permanecer en España. Hay que tener presente que esto sucede en un marco de una declaración de independencia previa, por la que los partidos que tienen la mayoría absoluta en el Parlamento catalán, han afirmado el inicio de un proceso que llevaría a la independencia de Cataluña en unos años.
M.E.: Te consultaba también por la situación de los presos políticos vascos, porque es un tema permanente pendiente y que las políticas tanto del PP como del PSOE han sido muy de derecha al respecto y desde aquí y a la distancia tengo serias dudas en que alguna de estas variantes exprese algún tipo de política radicalmente diferente.
J.L.C.: Exactamente, el problema fundamental con los presos vascos es que en este momento no forma parte de los temas a debatir en el marco de la campaña electoral. Quizás fuerzas nacionalistas específicas, como el movimiento de izquierda vasco plantea algún tipo de solución para estos presos, pero lo cierto es que en la actualidad ninguna de las cuatro fuerzas tanto las del bipartidismo como las emergentes plantean eso como una problemática realmente a resolver.
Creo que lo que está sucediendo es que desde la base de la idea de que se derrotó militarmente a ETA y que el desarme de esa organización es absolutamente irreversible, se está dejando morir un poco el tema. Hay que tener presente que el tema de la liberación de Arnaldo Otegi va a ser en breve y eso probablemente haga de revulsivo y plantee a nivel de actualidad nuevamente qué es lo que está pasando en el País Vasco con el proceso de pacificación, de negociación que se pudo abrir allí y si eso va a alguna parte o se ha dejado en una vía muerta que es lo que realmente ha pasado.
M.H.: ¿Algo más que quieras agregar?
J.L.C.: Simplemente decir que todo esto nace de una serie de transformaciones de la emergencia de una serie de movimientos sociales que en este momento están muy alicaídos. El tema electoral ha succionado la potencia, la fuerza y la energía de los movimientos populares y probablemente después del 20D habrá que plantearse cómo hacerlos reemerger porque sin esa potencia de los movimientos populares el cambio acaba quedando siempre a medias.
Este verano, en los locales de FM La Boca, junto a Mario Hernández
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