"En el acuario de Facebook". Radiografía de la distratención.
“EN EL
ACUARIO DE FACEBOOK”: RADIOGRAFÍA DE LA DISTRATENCIÓN.
Como
enamorado de esos artilugios pre-digitales llamados libros, no puedo menos que
sugerirles la lectura de uno de los que más me ha impactado en el último año.
Un libro imprescindible para intentar desentrañar la maraña tecnológica y
cognitiva que nos envuelve en estos albores de un acelerado siglo XXI: “En el acuario de Facebook”, del colectivo de
investigación Ippólita.
“En el
acuario…” es un texto dinámico y extremadamente potente. Un aldabonazo cruel
para desentrañar y dejar al desnudo toda esa ideología nueva-caduca (caduca ya
en el momento de su nacimiento) que Eugeni Morozov ha denominado con el
vocablo de “internet-centrismo”.
El
libro se divide en tres partes que son como martillazos sobre la superficie
rutilante de las más modernas concepciones que acompañan la extensión de cierta
locura tecnofílica que pretende ver en las redes sociales el eje vertebrador de
una felicidad inmediata, que no termina nunca de concretarse del todo.
La
primera ya se define por su propio título: “tengo mil amigos, pero no conozco a
ninguno”. Con una prosa ágil, pero inmisericorde, los investigadores sociales
de Ippólita rastrean en los vacíos provocados por el despliegue de la
“distratención” asociada a las formas dominantes de comportamiento en los
social media.
La
segunda parte, a su vez, nos muestra las evidentes huellas dejadas, en el mundo
virtual, por una tribu hiperactiva, glamurosa y, algunas veces, bien
relacionada con los cenáculos de los poderes postmodernos: los llamados
anarcocapitalistas. Navegando en sus contradicciones ideológicas, en sus redes
anómalas, Ippólita nos conduce a una brillante visita del universo de
Wikileaks, los partidos pirata, los fundadores de Pay Pal, o el activismo de
Anonymous.
La
tercera parte (“las libertades de la red”) nos narra una acerada fábula: la que
cartografía el territorio de la llamada “revolución on line y la realidad del
activismo de salón”, con muy pertinentes aproximaciones a los ámbitos más modernos de la
investigación neurológica y a los efectos del mundo virtual sobre la
configuración de nuestros cerebros y relaciones sociales.
Al
final, la apuesta. Una apuesta lúcida que sabe que “para dejar espacio a la
autonomía del devenir hay que renunciar a la perfección y ponerse del lado del
“realismo relativo” dependiente del aquí y ahora y de las técnicas disponibles
en la actualidad”. Un proyecto que implica promover redes de socialización,
virtuales o no, plenas de sentido y densidad, autoorganizadas y no sometidas al
dictado de un mercado asfixiante y ayuno de todo control. Nuestras redes,
frente a las redes comerciales y autoritarias. Las fecundas redes de la vida en
expansión.
Desde
luego, merece la pena leer el libro.
José
Luis Carretero Miramar.
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