Los fondos buitre, contra el derecho a la vivienda.
LOS
FONDOS BUITRES, CONTRA EL DERECHO A LA
VIVIENDA.
El fondo norteamericano
Blakcstone compra 4.500 pisos en alquiler del Banco Sabadell. Valorados en 450
millones de euros, se trata de la mayor adquisición en bloque de viviendas de
la banca realizada en los últimos años, nos explicaba el periódico económico
Expansión en enero de 2016.
El fondo de inversión holandés DIF ha comprado el Hospital Puerta de
Hierro y el británico Aberdeen el de Arganda y, parcialmente, los de Parla y el
Henares (Coslada). Todos ellos
son hospitales público-privados del modelo PFI . Ambos fondos quieren repetir
el pelotazo del fondo de inversión CVC que vendió el Grupo Quirón a la multinacional
Fresenius por casi 6.000 millones de euros (este grupo tiene 4 hospitales
privatizados de Madrid, el Infanta
Elena-Valdemoro, Fundación Jiménez Díaz, el Rey Juan Carlos de Móstoles y el de
Villalba). Así nos los cuenta la Coordinadora Antiprivatización de la Sanidad
de Madrid (CAS-Madrid) en uno de sus últimos comunicados.
La
creciente penetración de los fondos de inversión internacionales en la economía
española ha venido, en los últimos años, de la mano de la enorme crisis sufrida
por España, que ha abaratado enormemente los activos; y del proceso de
privatización y mercantilización de los bienes y servicios públicos, que ha
sacado al mercado auténticas “gangas”.
El emergente poder de los fondos en el accionariado de las empresas del
Ibex 35 queda de manifiesto si nos centramos en las cifras de uno de los más
poderosos: Black Rock.
Black Rock es la mayor gestora de fondos del mundo, con 5,1
billones de dólares en activos bajo gestión (4,7 billones de euros). Tiene
presencia en todas las empresas del Ibex
35, donde controla un 3,7%, una participación que a precios de mercado supera
los 18.000 millones de euros. El sector financiero es uno de los favoritos de
BlackRock. La firma es propietaria de acciones
de Popular, Sabadell, Bankia, Bankinter , CaixaBank
y Santander. Pero por encima de todas ellas destaca BBVA.
La penetración de los fondos en nuestra economía
no se acaba en el Ibex 35: gran parte de las ventas de vivienda y suelo de la
Sareb se han realizado a fondos internacionales como Blackstone o Lone Star,
que también se han hecho con grandes promociones inmobiliarias de la banca
privada, así como con hospitales, empresas de renovables y emprendimientos de
muchos otros sectores.
Destaca, por sus directos efectos
sobre la ciudadanía afectada, la intervención de los llamados “fondos buitres”,
dedicados a adquirir vivienda pública, deuda de las administraciones o activos con problemas, y a rentabilizarlos
por la vía de su mercantilización extrema, expulsando a los habitantes
originales de las viviendas o evitando entrar en las reestructuraciones de la
deuda pública, para demandar posteriormente a los Estados en crisis.
La Comunidad de Madrid, por
ejemplo, subastaba hace pocos años casi
3000 viviendas públicas que iban a parar a EnCasaCibeles, una empresa
participada principalmente por Azora, un fondo de inversión en patrimonio
inmobiliario, participado a su vez en un 98 % por Goldman Sachs. Asimismo, el
ayuntamiento de la capital vendía otras 1860 viviendas públicas protegidas a
Magic Real Estate-Blackstone, por 128,5 millones de euros. Ambas operaciones se
encuentran en los tribunales penales por lo irregular de las concesiones y lo
exiguo de lo pagado por un negocio con patrimonio público, que permitiría a
Azora, por ejemplo, obtener unos beneficios del 211 %
Los perjuicios derivados del negocio para los inquilinos de EncasaCibeles
fueron inmediatos: cobro del IBI, pérdida de ayudas sociales
imprescindibles para personas en situación de exclusión social, desaparición de
las Juntas de Vecinos, abandono de los pisos, aparición de delincuentes que
ocupaban los pisos vacíos ante la pasividad de la nueva administración,
desahucios exprés, obligación de ejercitar la opción de compra por precios
exorbitantes (acordados en lo más alto de la burbuja)…Recordemos que se trata de inquilinos de viviendas de protección
oficial, que acreditaron, precisamente, su ausencia de recursos para obtener
sus alquileres.
Azora tiene otras 300 viviendas públicas en Barcelona. Fundada en 2003,
gestiona más de 3000 millones de euros. Su presidente es Juan del Rivero, que
ha trabajado 23 años para Goldman Sachs (de hecho fue el primer español en ser
nombrado “partner” de esta empresa global de inversiones). También tiene un
alto cargo en Omega Capital, el “family office” de Alicia Koplowitz, y, según
los medios, tuvo un gran papel en la ola de privatizaciones de las últimas
décadas, tanto con los gobiernos del PP como con los del PSOE. Los proyectos de
Telefónica y Repsol pasaron por sus manos. Fue uno de los grandes introductores
de la banca de inversión en España e intervino en la primera titulización de
créditos hipotecarios realizada en nuestro Estado, por parte del Banco de
Santander en 1993.
Goldman
Sachs, por su parte (real propietaria de Azora y, por tanto, de EnCasaCibeles)
destaca tanto por su enorme volumen de activos, como por su cercanía al poder
político. Gran parte de los más altos dirigentes de la Casa Blanca han estado
vinculados con esta firma de inversión transnacional, como Steven Mnuchin,
secretario del Tesoro de Trump, que es el tercer banquero de esta entidad en
que se encarga de las cuentas de la primera economía del planeta en 25 años.
Como
afirmaba en una entrevista el consejero delegado de Goldman Sachs, Lloyd
Blankfein, en 2009, en plena crisis subprime, “hacemos el trabajo de Dios”. Un
trabajo que el propio Blankfein resumía así: “Hacemos mil operaciones de
compraventa por minuto. Podéis llamarnos un casino. Pero es un casino muy
importante para la sociedad”. Por la actuación de este casino, la revista Rolling
Stone, definió, en un célebre artículo, a Goldman Sachs como un “gran calamar
vampiro que envuelve la cara de la humanidad de forma implacable y que chupa la
sangre de cualquier cosa que huela a dinero”.
Y la
vivienda pública española, ya lo hemos visto, huele a dinero para los grandes
fondos de inversión internacionales. Algo que no sólo pone en cuestión la
concepción de lo público que puedan tener nuestros dirigentes políticos, sino también su
concepto de la soberanía nacional. A lo mejor resulta que tanto lloro y lágrima
fácil sobre el independentismo catalán no es otra cosa que una forma de
encubrir la gran venta de saldo de los activos más preciados de la economía
española, que están pasando a manos de los grandes especuladores globales, hipotecando
nuestro futuro.
Un
futuro oscuro que se vuelve un lóbrego presente en el caso de las personas que tienen que sufrir en sus carnes, en lo
relativo, por ejemplo, a su derecho a la vivienda, esta actuación inmisericorde
de los grandes tiburones de las finanzas globales. Como nos cuenta Montse, una de las habitantes de uno de los
bloques vendidos por el IVIMA a EnCasaCibeles, entrevistada para la realización
de este artículo:
“Ahora mismo están enviando
cartas por finalización de contrato a los que estamos de alquiler. Sobre todo a
personas que pagan. Me temo que es porque piensan que si tienes dinero, no
tendrás derecho a justicia gratuita y esto te echara atrás. En realidad a mucha
gente le ocurre esto. Por otro lado hay algunas órdenes de desahucio por impago
y los que tienen opción a compra también están recibiendo cartas diciendo que
se les ha acabado el plazo de ejercerla. Yo tuve una denuncia por final de
contrato y la juez desestimó el caso diciendo que son pisos de protección
oficial y mientras yo tenga la misma situación que cuando se me adjudicó y cumpla,
tengo derecho a estar aquí. Sé que ellos pueden recurrir la sentencia, sé que
no se van a dar por vencidos. Yo tampoco.
No hay ningún proceso de
negociación con nosotros, sólo quieren echarnos. Ni siquiera con los que tienen
opción a compra. Les ponen un montón de trabas. Y la Comunidad de Madrid sigue
aferrándose a que la venta fue legal y necesaria para las arcas públicas. No se
acuerda de las personas a las que engañó y no da ninguna solución.”
¿Soluciones? A este proceso
acelerado de desposesión que pone en cuestión los mecanismos de redistribución
que fundamentarían el Estado Social, tanto como la soberanía nacional y las
condiciones de vida de la clase trabajadora, sólo se puede oponer la acción
concertada de los organismos de defensa de las clases populares y la solidaridad y apoyo mutuo de quienes
queremos vivir vidas con sentido. La autoorganización y empoderamiento popular,
como única salida viable para lograr imponer a los tiburones globales de las
finanzas y a los políticos y gestores a su servicio, soluciones efectivas que
abran el camino a un rediseño completo de nuestra vida social, y, con ella, de
los mecanismos de acceso a la vivienda
de las clases populares. Os dejamos con
Montse, y con su lucha. Una de esas luchas que deberíamos apoyar todos y todas:
“Nosotros seguimos organizados en
AVVI (Asociación de Afectados por la Venta de Viviendas del IVIMA), esperando
que el juicio avance y sabiendo que seguramente vamos a pasar todos los que
resistamos, por un proceso civil de desahucio. De momento el hecho de que
exista la causa penal, hace que muchos jueces no desalojen, porque no quieren
entrar en contradicción con lo que luego salga. Seguimos manifestándonos, seguimos
mandando notas de prensa, recordando que estamos aquí, que el problema sigue
sin solución. Esto es un resumen de lo que ocurre, sólo luchando conseguiremos
algo. Saludos.”
José Luis Carretero Miramar.
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