La economía de los trabajadores se da cita en Amuay
LA
ECONOMIA DE LOS TRABAJADORES SE DA CITA EN AMUAY.
Solidaridad,
debate, calor, salsa, autogestión…Amuay, Punto Fijo, Estado de Falcón,
República Bolivariana de Venezuela. Del 22 al 25 de julio se ha realizado en
ese marco incomparable, y en esa vibración de lo real, el V Encuentro
Internacional La Economía de los Trabajadores, organizado por diversas
iniciativas académicas y militantes como el Programa Facultad Abierta de la
Universidad de Buenos Aires o la red internacional de activistas Workerscontrol, pero, sobre
todo, íntimamente relacionado con una realidad efectiva que sustenta todo un
nodo de posibilidades en la dinámica de la transformación social: las empresas
recuperadas que, hoy en día, se extienden ya por buen aparte de América Latina
e, incluso, más allá.
Hablo
de una vibración de lo real, porque el Encuentro no es tan sólo una sucesión de
paneles de alta calidad, en la que expositores de ámbito global, cuentan sus
experiencias o abren debates necesarios, sino que además, las Jornadas implican
una convivencia, un compartir espacios, músicas, anhelos. Junto a las salas
donde se celebran las conferencias y las mesas redondas, están también los
lugares donde se convive, y donde los compañeros del restaurante recuperado
bonaerense Los Chanchitos, tras la plétora de
debates y actividades y con el permiso de la propietaria del hostal,
asan un cerdo comprado entre todos para
el deleite de los presentes.
Pero volvamos
al Encuentro: en esta ocasión han participado cientos de personas provenientes
de cerca de 20 países, desde Sudáfrica a la mayor parte de las naciones de
América Latina. Hay que resaltar, además, que la representación europea ha sido
la mayor que hasta la fecha se ha dado en este tipo de Encuentros
Internacionales: estuvieron presentes, junto a quien escribe estas líneas
(único representante de la Península Ibérica), los delegados de las recuperadas
italianas Officine Zero y Rimaflow, así como de la Asociación Autogestión y del
sindicato Solidaires de Francia, de donde también acudieron representantes de
la Fabrique Du Sud, un emprendimiento recuperado en Carcasonne, dedicado a la
fabricación de helados.
Latinoamericanos
de recuperadas como la Cooperativa 19 de diciembre, el periódico de Villa
María, la imprenta Chilavert (todos ellos de Argentina), trabajadores de la
fábrica recién recuperada Brahma (en Venezuela), académicos mexicanos,
brasileños, trabajadores uruguayos, chilenos, wobblies venidos de los Estados
Unidos, de donde también vino un representante de una fábrica recuperada de
Chicago…Estos Encuentros dan fe de la existencia de una alternativa real al
neoliberalismo, así como de los afanes y del incansable trabajo de las personas
de buena voluntad a través del Globo.
Mientras
el Capital se desgañita por sobrevivir a la crisis multidimensional que ha
desatado, mientras la devastación avanza sobre las amarguras del capitalismo
senil, en todas las partes del globo, los trabajadores y trabajadoras tratan de
poner en funcionamiento una nueva forma de producir, las bases de una nueva
arquitectura global.
El hilo
conductor es la autogestión, es decir, que los propios productores sean dueños
de decidir sobre su propio trabajo y dirijan, ellos mismos, las actividades
productivas.
Un
alternativa que está labrando su propio camino más allá de los rutilantes
centros mediáticos, un camino que se construye desde los consejos comunales
venezolanos a los asentamientos del Movimiento de los Sin Tierra brasileño,
desde las iniciativas que mantienen la llama libertaria, actualizándola a
nuevos tiempos, en América Latina, como la Biblioteca Popular José Ingenieros
de Buenos Aires, hasta los programas combativos de radios comunitarias como La
Boca FM, en la capital argentina, o Al Son del 23, en Caracas.
Solidaridad
que traspasa las fronteras, pero no sólo las nacionales, sino también las
ideológicas, de raza, de género…Gentes del marxismo revolucionario, del
peronismo más popular, del chavismo de comuna y de consejo de trabajadores, del
cristianismo de base, del ecologismo social y algún que otro que nos la dábamos de libertarios aperturistas y
no dogmáticos.
El
nuevo socialismo se está construyendo, en estos inicios del siglo XXI, desde
estas atalayas, en esta mixtura impura y mestiza, en este eco de voces plurales
y creativas. Donde ya no hay una verdad de repetición e imitación acrítica,
sino una búsqueda insomne, una dinámica de prueba y error sobre la base de la
cooperación y la solidaridad, una atención a las raíces que no es dogma sino
nutrición, un anhelo de lo nuevo que no es superficial seguidismo delas modas,
sino intento de mejora y construcción colectiva.
Y la
solidaridad es algo más que una palabra, en estos Encuentros, como lo demuestra
la iniciativa de los trabajadores de la empresa recuperada argentina Textiles
Pigüé, de colaborar para la concreción de una cadena productiva que vincule
productores de algodón argentinos con trabajadoras que confeccionan prendas de
vestir en la región de la península de Paraguaná, en el estado venezolano de
Falcón.
Una red
internacional que también está contribuyendo a generar un nuevo discurso, como
prueba la puesta en marcha de la colección de libros “La Economía de los
Trabajadores”, por parte de Ediciones Continente-Peña Lillo (Argentina) en
estrecha colaboración con el programa Facultad Abierta de la Universidad de
Buenos Aires dedicado a las empresas recuperadas. En esa colección,
confeccionada físicamente incluso por imprentas recuperadas, podemos encontrar
autores del todo el Globo, y debates sobre la autogestión, la narración de
historias de empresas concretas (como Textiles Pigüé) o volúmenes
imprescindibles para conocer las transformaciones del trabajo, tanto en el
Centro como en la Periferia del sistema global.
Hay
algo nuevo que se mueve bajo la superficie, que ocupa los intersticios, los
“poros” del sistema global del Capital. Es el hálito de los pueblos y los
trabajadores, que empiezan a levantar sus propias alternativas y a romper la
costra de desesperanza con la que el neoliberalismo quería sepultarles.
José Luis Carretero Miramar.
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