Mensaje para los de abajo: Levantarse por la mañana, pese a la que está cayendo, es un acto en sí revolucionario, transformador, antagonista, porque luego tenemos 24 horas cada día para construir, para crear, para luchar, para apuntar amaneceres y para elevar gestos, aún fugaces y precarios, de rebeldía y de ternura. Levantarse cada mañana, y ahuyentar las pasiones tristes, el desánimo, los ecos d e la malevolencia y la maledicencia, las puñaladas de los enemigos (que sí existen, pero están para eso, para "enemiguear"). Levantarse cada mañana y lavarse la cara y el ánimo. Levantarse y empuñar los abrazos, levantar las barricadas del temblor que nos provoca la esperanza compartida, la subversión apuntada. Levantarse cada mañana, cuando el mundo se nos está derrumbando encima, para afirmar un gran estilo: el que afirma, pese a todo, que la noche nunca es completa, y que siempre acaba venciendo la aurora. (José Luis Carretero Miramar)