Iluminando el futuro: experiencias de creatividad libertaria en la España de la crisis.
En el seno de la más profunda crisis civilizacional que ha vivido la humanidad se ha vuelto imperativa la búsqueda de alternativas factibles a la devastación capitalista. En este artículo se presentan experiencias y proyectos reales que pretenden iluminar y hacer visible un aspecto de la realidad que el sistema trata de mantener en la penumbra: que la cooperación y la autogestión son los únicos elementos que pueden fundamentar una alternativa favorable para los más. La alternativa del inicio de transición a una sociedad radicalmente diferente. La alternativa libertaria.
Este texto ha sido publicado en el número de primavera de 2016 de la revista "Libre Pensamiento".
ILUMINANDO EL FUTURO: EXPERIENCIAS DE CREATIVIDAD LIBERTARIA EN LA ESPAÑA DE LA CRISIS.
Vivimos en la crisis. Aunque se nos hable, por parte del
gobierno, de recuperación económica, y de un futuro próximo radiante, lo cierto
es que vivimos en la crisis. El Banco Central de China alerta de que la deuda
privada de las empresas del país sobrepasa ya el 160 % del PIB, a las pocas
semanas de un desplome de las bolsas chinas, a duras penas contenido a costa de
impedir la cotización de numerosos valores, y de la compra masiva de acciones
con dinero público. Por aquí, las cosas no van mucho mejor: el Banco Central
Europeo profundiza su estrategia de expansión cuantitativa, intentando salvar
in extremis una estructura económica (la
europea) enormemente dañada por los últimos años de austeridad y las décadas
anteriores de financiarización y especulación acrecentadas.
Porque
lo cierto es que el gigantesco torbellino global que vivimos a partir del año
2007 no ha sido únicamente el resultado de una crisis financiera, que se
expandió a la economía real por una serie de desafortunadas, pero reversibles,
decisiones políticas. No se trata de un bache coyuntural provocado por un
funcionamiento anormal del sistema capitalista, por los errores estratégicos de
una serie de gestores especialmente voraces, avariciosos o poco dotados
intelectualmente. Se trata, más bien, de una bifurcación esencial que impone el
inicio de un período de turbulencias globales que nos empuja a un destino
imprevisible.
“Se
trata de una crisis de civilización, del inicio del proceso por el que un
capitalismo senil y fuera de control empieza a salirse de su eje. La fatal
confluencia de toda una serie de procesos interdependientes que marcan el
principio del fin de una época del sistema global en el que vivimos”
Se
trata de una crisis de civilización, del inicio del proceso por el que un
capitalismo senil y fuera de control empieza a salirse de su eje. La fatal
confluencia de toda una serie de procesos interdependientes que marcan el
principio del fin de una época del sistema global en el que vivimos. Una crisis
de crisis (ecológica, económica, financiera, cultural, pedagógica, militar,
energética…) que amenaza con desatar toda una serie de contradicciones y
bifurcaciones caóticas con un desenlace imposible de determinar de antemano.
Todo
está cambiando aceleradamente. Y va cambiar a una velocidad cada vez mayor. Las
viejas seguridades se derriten entre nuestras manos, sin que las nuevas
aparezcan aún en el horizonte. Es, ciertamente, el espacio donde aparecen los
monstruos, y donde la sensación fatal de ausencia de sentido nos acecha en cada
instante.
¿Es
posible, en estas circunstancias, plantear una alternativa libertaria? Es más,
¿cabe hablar de experiencias reales de autogestión y auto-organización que den
sentido a todo este caos creciente y generen vivencias que puedan iluminar
aspectos ocultos de la vida social que permitan trazar un sendero de salida del
capitalismo histórico?
La
izquierda del sistema tiene su propia alternativa: el keynesianismo, el
estímulo público de la economía, el estatismo. Reeditar los “treinta gloriosos”
mediante medidas socialdemocrátas que permitan la estabilización de un
capitalismo verde y modernizado. Un Estado del Bienestar amplio junto a un mercado
regulado. Propiedad privada, trabajo asalariado, subsidios y mecanismos de
equidad en las rentas y en la política fiscal que permitan consumir a las
clases populares y, por tanto, reactivar el proceso de crecimiento económico.
Pero,
muy probablemente, es demasiado tarde para esas recetas. La enfermedad ha ido
demasiado lejos, el paciente está demasiado dañado y ya nadie puede, realmente,
diferenciar al capitalista bueno productivo, del capitalista malo especulador.
Las pequeñas reformas no terminan de imponerse, el Capital no “razona” ni busca
componendas. Y la sombra fatal de la crisis ecológica en ciernes impone límites
al proceso de acumulación sin límites en que el capitalismo consiste.
“La única alternativa real (la única alternativa beneficiosa para las
clases populares, no la única posible) es iniciar, desde ya, un proceso de
construcción social que permita trascender el capitalismo histórico”
La
única alternativa real (la única alternativa beneficiosa para las clases
populares, no la única posible) es iniciar, desde ya, un proceso de
construcción social que permita trascender el capitalismo histórico, generar
las bases materiales, discursivas y organizativas para su superación. Ahí es
donde los libertarios deberían proponer, tanto desde la palabra como desde la
praxis, alternativas reales, ejemplos prácticos, narrativas y hallazgos
estéticos. Una caja de herramientas que permita hacer visible lo inconstruido,
lo que falta por hacer, tanto como los nuevos caminos y los espacios de
creatividad popular que la sociedad del capital deja en la penumbra.
A eso
vamos a dedicar, de aquí en adelante este artículo: a hablar de alternativas
reales, de experiencias prácticas, de creatividad en acto, de innovación (ahora
la palabra está de moda), pero de innovación social.
Alternativas anarquistas.
Alternativas
prácticas, decimos. ¿Cabe la posibilidad de que esas formas de innovación
popular en la crisis se autodefinan como libertarias, como anarquistas?
El
movimiento libertario actual es débil, en cierto sentido y, muy potente, en
otros. Débil desde la auto-referencialidad, desde la dinámica de las propuestas
organizativas y desde las construcciones ideológicas cerradas. Débil como
definidamente anarquista. Fuerte y potente desde la diseminación, desde el anclaje
en las prácticas y en el sentido común de las clases subalternas. Fuerte
como melodía recurrente de todas las
subversiones y todos los experimentos, se definan como se definan.
Así
que, probablemente, hoy sea más fácil encontrar lo libertario como un espíritu
difuso y poco definido que anima las prácticas y los discursos de miles de
experiencias de autogestión y auto-organización alrededor del Globo, que como
ideología expresa, ligada a una bandera y a unas referencias históricas
concretas.
Pese a
ello, también es posible encontrar lo anarquista, como tal, en la génesis de
dinámicas autogestionarias que marcan la actualidad de nuestro país, o que se
desarrollan en el seno de los movimientos sociales de nuestras ciudades, y en
estrecha relación con ellos. Mencionemos algunas:
-La
Comunidad “La Esperanza”, en Santa María
de Guía, al norte de la isla de Gran Canaria.
Se
trata de la mayor okupación de pisos del Estado Español, y ha sido animada y organizada por la Federación Anarquista de
Gran Canaria (FAGC), con un objetivo primordial: solucionar la falta de
vivienda de gentes en situaciones económicas muy delicadas, en el marco
contextual de los desahucios y la crisis brutal que ha hecho que en las islas
Canarias haya habido más de un 35 % de paro y más de 4.000 ejecuciones
hipotecarias al año.
Son
cuatro bloques de viviendas ocupados en 2013, en los que viven cerca de 80
familias, totalizando más de 300 personas de las que cerca de 150 son menores
de edad. El edificio es actualmente propiedad de la SAREB.
Entre
las familias que habitan la comunidad hay una gran diversidad de perfiles:
familias, migrantes, niños, parados de larga duración, precarios, etc. En la
Comunidad, de hecho, sólo pueden residir familias con menores a cargo, que no
dispongan de ninguna propiedad y reciban menos de 426 euros mensuales. Junto a
ellos, una parte de los bloques, formada por viviendas individuales, está
también destinada a personas solas con trayectorias vitales cercanas a la
exclusión social.
““De todos los excluidos sociales, en La Esperanza viven los más excluidos”,
afirma Ruymán Pérez, miembro de la Federación Anarquista de Gran Canaria, y uno
de los animadores principales de la experiencia, que ha terminado por sufrir un
fuerte acoso policial”
“De
todos los excluidos sociales, en La Esperanza viven los más excluidos”, afirma
Ruymán Pérez, miembro de la Federación Anarquista de Gran Canaria, y uno de los
animadores principales de la experiencia, que ha terminado por sufrir un fuerte
acoso policial por ello, que ha llegado a una detención en extrañas
circunstancias, tras la que Ruymán denunció torturas, y una acusación de
atentado a la autoridad por la que podrían pedirle hasta cinco años de prisión.
“La mayoría de las personas provienen de situaciones de pobreza crónica, de
desahucios, de la indigencia, los malos tratos domésticos, la inmigración sin
papeles, la malnutrición, la enfermedades crónicas y la recogida de chatarra”,
afirma Ruyman, según pone de manifiesto Guille Larios en el periódico La
Directa.
Este
complicado grupo humano se rige por una asamblea común, que se celebra una vez
al mes, y asambleas extraordinarias para solucionar los problemas urgentes.
También funcionan diferentes comisiones rotatorias, que se reparten la gestión
de las tareas comunitarias, como el mantenimiento de los bloques, el trabajo en
el huerto (del que se alimentan más del 30 % de los vecinos), el asesoramiento
legal o la gestión del agua y de la economía de la Comunidad.
La
ocupación y organización inicial de la Comunidad implicó un gran trabajo de
base de los anarquistas gran canarios, que siguen íntimamente vinculados a las
necesidades de los moradores de La Esperanza. Se hicieron reuniones con los
vecinos del barrio, okupaciones puntuales de pisos vacíos, y se desarrolló todo
un marco de prácticas y discursos vinculados a las necesidades reales de la
actividad, más que a las grandes narraciones ideológicas. Cosas como la
exigencia de que los ocupantes se abran su propia vivienda, intentando evitar
acabar funcionando como una especie de agencia externa de ocupación, se fueron
aprendiendo con la práctica cotidiana.
La
Comunidad se encuentra ahora mismo amenazada de desalojo por el alcalde de
Guía, Pedro Rodríguez, y reclama la solidaridad de los movimientos populares
para tratar de impedirlo. La lucha por la vivienda en las islas Canarias, por
tanto, tiene entre sus hitos la historia de La Esperanza, “lo último que se
pierde”, el mayor experimento de ocupación colectiva y autogestionaria del Estado Español.
-La
Canica: una moneda anarquista para Madrid.
A
principios del año 2015 nacía en Madrid, la Canica, una moneda alternativa al
euro y una comunidad de intercambio vinculada con la Red de Colectivos
Autogestionados (RCA), una coordinadora de emprendimientos e iniciativas de
autogestión vinculada a sectores específicamente anarquistas de Madrid.
“Llevada por esta identificación clara con los principios libertarios, la
canica tiene como fin último su propia desaparición”
Llevada
por esta identificación clara con los principios libertarios, la canica tiene
como fin último su propia desaparición, una vez se alcance una sociedad en la
que primen “la propiedad colectiva de los medios de producción y de los
productos del trabajo, con independencia del nombre que se le quiera dar al
modelo económico en cuestión (comunismo, economía social, autogestión
generalizada, etc.)”.
Pan,
libros, hortalizas, reparaciones de
fontanería...son algunos de los productos y servicios que se intercambian en
esta comunidad, con estas monedas que se quieren alternativas a las de curso
legal.
La comunidad está formada por
socios que toman decisiones mediante la asamblea, y el sistema de decisión en
la misma es el consenso. Se utilizan como moneda las canicas, que se plantean
como moneda alternativa y no complementaria al euro. Por ello “las canicas no
se pueden esconder porque todas las cuentas de la Comunidad son públicas. Tú
puedes consultar el saldo de las demás y las demás pueden consultar tu saldo.
Las canicas tampoco pueden salir de las cuentas de nuestra comunidad a cuentas
bancarias privadas, porque no pueden cambiarse por euros ni hay canicas en
billetes anónimos. Incluso la acumulación innecesaria de canicas es imposible
porque los saldos superiores e inferiores a 300 canicas deben acordarse en
asamblea”.
Con las canicas se pretende
demostrar que un modelo de moneda descentralizado y controlado por sus propios
usuarios en asamblea es posible, y que el dinero no tiene por qué ser construido como lo hace el Capital, para
favorecer la acumulación privada, el interés usurario y el mercado
especulativo.
Participando en las alternativas populares.
Pero, aparte de las iniciativas
específicamente anarquistas, hay por
todo el país todo un magma de experiencias populares con una fuerte impronta
libertaria, observable en sus principios inspiradores y en la trayectoria vital
y organizativa de muchos de sus principales animadores.
Los libertarios, pese a lo que
cree mucha gente, no sólo se juntan con la gente que piensa como ellos. También
colaboran y cooperan, en muchos casos, con los proyectos comunes puestos en
marcha por asambleas del 15-M, por movimientos barriales o por organizaciones
sindicales o municipalistas. Veamos, también, algunos ejemplos de este tipo de
iniciativas:
-Tramallol: espacios para la
utopía en Sevilla.
Según sus propias palabras “Tramallol
es una remezcla de personas, saberes y proyectos situado en Sevilla. Un modelo
de emprendizaje colectivo basado en la cooperación horizontal, el intercambio y
la búsqueda de formas de gestión económica y cultural que afectan a otras
esferas de lo social.”.
“La idea, definida por
ellos mismos, es la de dar cabida a los trabajos de cada cual, fomentar el
apoyo mutuo y la colectivización de los recursos.”
Se trata de un local ubicado en
el Pasaje Mallol, nº 22 de la ciudad hispalense, que funciona como un centro de
coworking donde se dan cita múltiples experiencias de trasformación de lo
social. Nace en septiembre de 2010 cuando un grupo de gente empieza a compartir
la necesidad de crear un espacio desde
donde salir al paso de la precariedad de forma colectiva. Lo componen
trabajadores y profesionales de la cultura de un espectro múltiple. Profesionales
de disciplinas como la arquitectura, el diseño
gráfico y la comunicación, la programación y la creación web, el flamenco
experimental, la creación audiovisual y escenográfica, las estéticas y el arte, la traducción, la cocina
y panadería, la encuadernación artesanal y la producción de procesos en red. La
idea, definida por ellos mismos, es la de dar cabida a los trabajos de cada
cual, fomentar el apoyo mutuo y la colectivización de los recursos.
Tramallol, según sus propios
socios, también lo forman “todos los colectivos que usan el espacio para
reunirse, las entidades culturales que realizan seminarios y encuentros, los
grupos que se abastecen de verduras ecológicas de productores locales, las
plataformas musicales que graban audiovisuales de promoción, lxs cineastas y
documentalistas que presentan sus trabajos, las redes de decrecimiento y de
monedas locales que organizan espacios y tiempos de debate o las organizaciones
sociales y sindicatos de base que promueven modos de diálogo y de
transformación política.”.
Se trata de una enorme nave
autogestionada en el centro de Sevilla,
en cuya gestión colaboran o participan iniciativas tan variadas como “Con los
pies en la tierra” (un proyecto que apuesta por la difusión, fomento y
producción de la agricultura ecológica,
así como por su comercialización a través de canales cortos en la ciudad);
ZEMOS98 (un equipo de trabajo que
investiga, programa y produce contenidos relacionados con educación, comunicación
y creación audiovisual, como el documental “La educación expandida”, sobre la
puesta en marcha de un Banco Común de Conocimientos en el marco de un instituto
público de un barrio deprimido de Sevilla); el grupo Arquitecturas colectivas; la Librería La Fuga; o la Red
de Moneda Social El Puma, una moneda alternativa puesta en marcha en el barrio
sevillano de El Pumarejo.
“Estoy en Tramallol aprendiendo a tejer sin enredarme, a
ocupar mi lugar entre diversos iguales, cultivando el arte de acordar sin
olvidarme. Participo regulando esto de poner mi parte y coger mi parte,
alimentando así un proyecto que nos nutre.”
Como afirma Pablo Montaño, uno de los participantes en este amplio
espacio colectivo, donde, por ejemplo, se ha presentado este año la Feria del
Libro Anarquista de Sevilla, con un debate sobre el libro “La apuesta directa”
con la participación de quien esto escribe y un compañero del grupo
antidesarrollista madrileño Cul de Sac: “Estoy en Tramallol aprendiendo a tejer
sin enredarme, a ocupar mi lugar entre diversos iguales, cultivando el arte de
acordar sin olvidarme. Participo regulando esto de poner mi parte y coger mi
parte, alimentando así un proyecto que nos nutre. Experimentando lo común y lo
propio. Aportando desde esta Experiencia Cooperativa a este Barrio y al Gran
Barrio.”
-Iniciativas sociales en Málaga: vivir dignamente desde la autogestión.
También en la ciudad de Málaga, una red extensa y creativa de
experiencias populares y autogestionadas ha abierto espacios de innovación
social, de construcción y apoyo mutuo
para los sectores excluidos y para las clases subalternas.
Hablamos de iniciativas concretas como los huertos populares ocupados en
la barriada deprimida de Palma-Palmilla, o “La Casa de la Buena Vida”, un
espacio en el mismo vecindario dedicado a conformar una comunidad terapéutica
para la reinserción de toxicómanos, que se ha convertido, también, en un
refugio para personas en situación de exclusión social, así como centros
sociales como La Casa Invisible. Y
hablamos también, por supuesto, de Er Banco Güeno
Er Banco Güeno es un comedor social autogestionado situado, también,
en la barriada de Palma-Palmilla. Este
centro surge de la colaboración entre vecinos del barrio con miembros del 15M
de Málaga y con otros colectivos que
trabajan en la zona, como Zambra, para
dar una alimentación digna a un gran porcentaje de la población del vecindario.
El espacio funciona en un local okupado de una sucursal bancaria abandonada, que se
abrió por primera vez a los vecinos el 12 de diciembre de 2012.
En este comedor social funciona una Oficina de Derechos Sociales donde de
manera voluntaria se gestionan y resuelven algunos de los problemas de los
vecinos y se ofrece asesoramiento jurídico y psicológico a aquellas personas
que lo requieran.
El objetivo del Comedor-Centro Social autogestionado “Er banco Güeno” es,
según la definición de sus mismo fundadores, el de ayudar en la medida de lo
posible a toda persona, sin mirar raza, sexo o color.
Además, en la ciudad, el movimiento anti-desahucios ha ocupado numerosos
bloques de viviendas: las Corralas (Buena Ventura, La Suerte, Esperanza, etc.),
autogestionadas y defendidas por su propios vecinos (muchas veces mujeres en
situación de exclusión social) frente a la especulación urbanística rampante y
sus efectos sobre lo local, que los movimientos sociales malacitanos han
tratado de denunciar con la campaña “Vivir dignamente en Málaga”, difundida
desde programas radiales libres como “Voces Alternativas”, de Onda Color.
Una salida social para un
mundo en descomposición.
Alternativas reales, creatividad popular, iniciativas de innovación
social que conectan con experiencias que se repiten por toda la geografía
española y por todo el globo.
Centros sociales, bancos de tiempo, monedas alternativas, ciudades en
transición, cooperativas integrales, redes de trueque, ecoaldeas y ecoxarxas,
oficinas precarias…la textura de una nueva sociedad que trata de sobrevivir y
desarrollarse en los poros de la vieja, de la que amenaza desplomarse
arrastrándolo todo en su caída, de la que no puede seguir más tiempo como es y
parece querer transformarse en un infierno revisitado, en un paisaje de
devastación y miseria para los más.
En todo el mundo: empresas recuperadas por los trabajadores para hacerlas
funcionar de manera autogestionaria como Vio.Me, en Tesalónica, Grecia, o como
Textiles Pigüé, en Pigüé, Argentina, o como la cervecera Brahma, en Venezuela,
o la fábrica de helados La Fabrique du Sud, en Carcasonne, Francia.
Redes y redes de redes. Intercambio y cooperación, como la Red de
Economía Alternativa y Solidaria (REAS) en el Estado Español, formada por
decenas de cooperativas e iniciativas de la economía social como la cooperativa
de crédito Coop 57 o la librería y editorial Traficantes de Sueños; o como la
Red Internacional “La Economía de los Trabajadores”, que agrupa a trabajadores
de empresas recuperadas, activistas y académicos interesados por la autogestión
de todo el mundo, y que ya ha organizado cinco Encuentros Internacionales en
distintos lugares de América Latina, y está preparando la organización del
Segundo Encuentro Euro-Mediterráneo en la fábrica ocupada de Vio.Me (Grecia)
para finales de este año (el Primero se realizó el año 2014 en Marsella, en la
fábrica recuperada de Fralib, donde los trabajadores de una factoría de
envasado para infusiones dependiente de la corporación global Unilever,
obtuvieron una resonante victoria al ocupar y cooperativizar la fábrica arrancando una apreciable
indemnización a la multinacional).
Una alternativa real para un mundo en transformación. La apuesta real de
cambio para iniciar la transición a una sociedad radicalmente distinta que
permita enviar al capitalismo y a sus sufrimientos asociados para las mayorías,
al basurero de la Historia.
José Luis Carretero Miramar.
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